Qu'est-ce Sais ???

La verdad, es que este verano ha resultado mucho más provechoso de lo que pensé. Debo confesar que le tenía miedo, hace mucho tiempo que no gozaba de tan extensas y apacibles vacaciones y nunca, desde que vivo con Jorge, las había tenido... De trabajar de lunes a sábado todo el día, de la noche a la manaña, pum! 24 horas en compañía del marido: primero fué ansiedad; después, aburrimiento; ahora, paz. He empleado muy bien mi tiempo en "recontruirme", y es que uno no se da cuenta, pero va dejando pedazos de sí a cada paso cotidiano, no sólo es el cuerpo, son también la cabeza y el corazón.
Mi proceso de reloaded empezó -¿y cómo no?- con la lectura, siguió con la música, el cine y desencadenó en la escritura. Existe algo más placentero? Para leer elegí pocos libros "nuevos", en realidad me dí a la tarea de releer ya sea por curiosidad, aprendizaje o necesidad. Necesidad de volver al pasado, volver a casa; necesidad de encontrar los motores que me movieron y me mueven. Por curiosidad retomé a García Máquez y sus 100 años de soledad.
Cuando leí por primera vez este libro, tenía, no sé, 19 ó 20 años, me imponía su tamaño, me abrumaba su fama y me costó descifrarlo; más tarde volví a leerlo cuando me hice profesora, el curso de bomm latinoamericano así lo ameritaba. Ahora, a punto de cumplir mis 33 (la edad de cristo.. jeje) e inmersa en esta paz que tanto anhelaba, sintiéndome plena y en busca de nuevos caminos, lo pedí prestado a una amiga. Lo comencé el lunes de esta semana y ya casi estoy por terminarlo. Wow! Qué fantástica lectura!
Ni una sola de sus páginas tiene desperdicio, ninguna palabra sobra y ninguna palabra falta. Es prácticamente perfecto. Siendo más joven, lo reconocí excelente, siguiendo las consignas de mis mayores, bajo la tutela de mi padre y mis maestros; hoy, con una idea clara de la literatura, después de haber leído y leído, viajado y vivido, no puedo más que arrodillarme ante la mágnífica creación del artista colombiano. Macondo, ay Macondo! Te puedo oler, te puedo sentir y llorar, puedo reirte y ¡por fin! comprenderte.
Ha sido un verano redondo. Jorge toca la guitarra y estudia, compartimos sin disputas la computadora y por primera vez en casi tres años, no nos estorbamos. Ayer, también por recomendación, alquilamos "La vie en Rose", la vida de la cantante francesa Edith Piaf ¡qué magnífico descubrimento! La película es como todas las biografías cinematográficas, plagada de recursos retóricos y gags emotivos, pero me develó a una mujer que no había conocido. La había escuchado, si, siempre es el fondo musical cuando uno evoca París. Su voz, la torre Eiffel, el Moulin Rouge, Toulouse Lautrec, Notre Dame, Napoleón y Víctor Hugo.
Jorge me decía -¿no conoces a Edith Piaf? es como no conocer a Lennon!- Y la verdad es que no, no la 'conocía'. Me recordó un poco a mi querida Judy Garland y la divina María, pero con otro toque, otro acento, otro enchante. Su vida y su voz ¡qué buen hallazgo! Aún me restan algunos de días de completa holgazanería, espero seguir renovándome, disfrutando y aprendiendo. Después de todo, como dicen las abuelas, no hay mal que dure 100 años y mi vida yo la pinto del color que yo quiero.
Lu*
Una probadita de la Piaf...
1 comentario
Paz -
Te quiero lu